Ernst Haeckel, uno de los principales charlatanes de la historia de la ciencia.
Entre las afirmaciones infundadas de la teoría de la evolución, tiene una posición especial la tesis de que los seres vivos pasan por varios estadios en el útero de su madre, y que este hecho es una prueba a favor de la evolución. Esto es porque esta teoría, conocida en la literatura evolucionista como “recapitulación”, es más que un engaño científico: es una falsificación científica.
El término “recapitulación” es una condensación del dicho “ontogeny recapitulates phylogeny” presentado por el biólogo evolucionista Ernst Haeckel a finales del siglo diecinueve. La teoría de Haeckel postula que los embriones vivos re-experimentan el proceso evolutivo que siguieron sus falsos antepasados. Haeckel teorizó que durante su desarrollo en el útero materno el embrión humano primero muestra las características de un pez, luego las de un reptil, y finalmente las de un humano. La teoría de que el embrión tiene “branquias” durante su desarrollo deriva de esta idea.
Sin embargo, esto no es más que una profunda superstición. Gracias a los avances científicos que se han producido después de que apareciera la teoría de la recapitulación, se han podido realizar estudios acerca de la validez de esta teoría. Estos estudios han mostrado que la doctrina de la recapitulación no tiene otra base que las imaginaciones de los evolucionistas y distorsiones deliberadas.
Ahora se sabe que estas “branquias” que supuestamente aparecen en los primeros estadios del embrión humano son, en realidad, las fases iniciales del canal del oído medio, el paratiroides y el timo. La parte del embrión que recuerda a “una bolsa de yema de huevo” ha resultado ser una bolsa que produce sangre para el bebé. La parte que Haeckel y sus seguidores identificaron como »cola« es, en realidad, la columna vertebral, que sólo parece una cola porque adquiere su forma antes que las piernas.
Estos hechos son conocidos en el mundo científico, y son aceptados incluso por los evolucionistas mismos. George Gaylord Simpson, uno de los fundadores del neodarwinismo, escribió:
Haeckel expuso erróneamente el principio evolutivo involucrado. Hoy en día se ha establecido con certeza que durante la ontogenia no se repite la filogenia.45
Lo que sigue es un extracto de un artículo publicado en New Scientist el 16 de octubre de 1999:
[Haeckel] lo llamó ley biogenética y la idea pasó a conocerse popularmente como recapitulación. De hecho, enseguida se vio que la estricta ley de Haeckel era incorrecta. Por ejemplo, en la primera fase de la gestación el embrión humano no tiene en ningún momento branquias funcionales como las de un pez, ni pasa por los estadios de parecer un reptil adulto o un mono. 46
En un artículo publicado en American Scientist podemos leer lo siguiente:
No hay duda de que la ley biogenética está completamente desfasada. Desapareció de los libros de biología en los años cincuenta, y como tema de discusión teórica seria se extinguió en los veinte (…)47
Como hemos visto, los descubrimientos que se han hecho desde que se presentó esta teoría han demostrado que la recapitulación no tiene ninguna base científica. Sin embargo, estos mismos avances han mostrado que no sólo fue un error científico, sino que fue resultado de una falsificación en toda regla.
Ernst Haeckel, padre de la teoría de la recapitulación, publicó varios dibujos para respaldar su idea. ¡Haeckel hizo dibujos falsos para que pareciera que los peces y los embriones humanos eran semejantes! Cuando se le descubrió lo único que pudo decir en su defensa fue que otros evolucionistas habían hecho cosas parecidas.
Después de la comprometedora confesión de estas “falsificaciones” me debería considerar condenado y aniquilado, si no fuera por el consuelo de ver a mi lado en el banquillo de acusados a otros centenares de culpables, entre los cuales hay observadores de confianza y los biólogos más renombrados. La mayoría de los diagramas que aparecen en los mejores libros de biología, tratados y revistas son culpables de »falsificación« en el mismo grado, ya que todos son inexactos y en mayor o menor medida están manipulados, esquematizados y retocados.48
El 5 de septiembre de 1997 la conocida revista científica Science publicó un artículo que revelaba que los dibujos de embriones de Haeckel eran un engaño. El artículo, titulado “Los embriones de Haeckel: Un fraude redescubierto” decía lo siguiente:
La impresión que dan [los dibujos de Haeckel] de que los embriones son iguales es, según Michael Richardson, embriólogo en el St George’s Hospital Medical School de Londres, una impresión equivocada (…) Así que él y sus colegas llevaron a cabo su propio estudio comparativo, reexaminando y fotografiando embriones comparables a grandes rasgos por especie y edad a los que dibujó Haeckel . Y he aquí que los embriones “a menudo eran sorprendentemente distintos”, explica Richardson en el número de agosto de Anatomy and Embryology.49
Más adelante en el mismo artículo aparece esta información:
Haeckel no sólo añadió u omitió detalles, según Richardson y sus colegas, sino que además distorsionó la escala para exagerar similitudes entre especies aunque hubiera diferencias de tamaño de hasta 10 veces. Haeckel también disimuló diferencias omitiendo en la mayoría de los casos el nombre de la especie, como si un representante fuera suficiente para un grupo de animales entero. En realidad, apuntan Richardson y sus compañeros, incluso embriones estrechamente relacionados como los de los peces son bastante diferentes en su aspecto y desarrollo. “Parece que [los dibujos de Haeckel] se convertirán en una de las falsificaciones más famosas de la biología”, concluye Richardson.50
Es interesante destacar que, aunque la falsificación de Haeckel se produjo en 1901, en muchas publicaciones evolucionistas el tema apareció durante casi un siglo como si fuera una ley científica demostrada. Al poner su ideología por delante de la ciencia, los que creían en la evolución enviaban inconscientemente un importante mensaje: la evolución no es científica, es un dogma que intentan mantener vivo a pesar de los hechos científicos.
45. G. G. Simpson, W. Beck, An Introduction to Biology, Harcourt Brace and World, Nueva York, 1965, p. 241
46. Ken McNamara, Embryos and Evolution, New Scientist, vol. 12416, 16 de Octubre 1999, (negrita aadida)
47. Keith S. Thompson, Ontogeny and Phylogeny Recapitulated, American Scientist, vol. 76, Mayo/Junio 1988, p. 273
48. Francis Hitching, The Neck of the Giraffe: Where Darwin Went Wrong, Ticknor and Fields, Nueva York, 1982, p. 204
49. Elizabeth Pennisi, Haeckels Embryos: Fraud Rediscovered, Science, 5 Septiembre
50. Elizabeth Pennisi, Haeckels Embryos: Fraud Rediscovered, Science, 5 Septiembre, (negrita aadida)