Lancashire, Reino Unido
Edad: 300 millones de años
Período: Carbonífero
Ubicación: Liberty, Washington, EEUU
La imposibilidad de la teoría de la evolución para explicar los orígenes de las plantas fue también confesada por los mismos evolucionistas. Por ejemplo, un profesor del departamento de botánica de la Universidad de Cambridge expresa que los fósiles no corroboran la evolución de las plantas, sino el hecho de la Creación:
Todavía considero que, para quien no tiene prejuicios, los registros fósiles de las plantas están a favor de una creación especial. Si, sin embargo, otra explicación pudiera ser encontrada para esta jerarquía en la clasificación, serían la estocada final para la teoría de la evolución. ¿Puede usted imaginar cómo una orquídea, una lenteja de agua y una palmera han venido del mismo ancestro? ¿Tenemos alguna evidencia para esta suposición? El evolucionista debe estar preparado para responder estas preguntas, pero creo que la mayoría no pasarían un interrogatorio. (Dr. Eldred Corner, Evolution in Contemporary Botanical Thought, Chicago: Quadrangle Books, 1961, p. 97.)
Tal como Corner también afirma, los hallazgos de fósiles revelan que las plantas no se han originado de un ancestro común imaginario, sino que fueron creadas individualmente con todas las características que poseen actualmente. Uno de los fósiles que demuestra este hecho es el fósil de palmera de 300 millones de años aquí ilustrado. Las palmeras se han mantenido iguales por cientos de millones de años, lo cual enfatiza la naturaleza infundada de la teoría de la evolución.
Edad: 320 millones de años
Período: Carbonífero
Ubicación: Lancashire, Reino Unido
Las plantas tienen estructuras extremadamente complejas, y es imposible que se hayan originado a través de efectos fortuitos o al transformarse una especie en otra, como afirman los evolucionistas. Los registros fósiles también revelan que diferentes plantas han emergido en la Tierra momentáneamente, con estructuras propias de cada una, y que no tenían ancestros evolutivos anteriores a ellas, como afirman los evolucionistas.
Por ejemplo, este fósil de helecho de 320 millones de años indica que estas plantas no han cambiado por cientos de millones de años. Los helechos de nuestros días no son distintos de aquellos que vivieron hace 320 millones de años. Frente a este hecho, los evolucionistas no pueden dar una respuesta científicamente razonable.
Edad: 320 millones de años
Período: Carbonífero
Ubicación: Lancashire, Reino Unido
El fósil ilustrado aquí es evidencia de que los helechos no evolucionaron de otras plantas y que no se han transformado en los helechos actuales por medio de cambios graduales. Siempre se han mantenido como helechos, con todas sus características y funciones.
Este fósil, de 320 millones de años de edad, es una prueba de que tal como en el caso de todos los seres vivientes y no vivientes, Dios Todopoderoso creó las plantas; y que la evolución es nada más que un panorama basado en un producto de la imaginación.
Alter: 50 Millionen Jahre
Epoche: Eozän
Fundort: Cache Creek Formation, British Columbia, Kanada
Ein Beweisstück, das die Theorie der Evolution von Pflanzen widerlegt, ist das abgebildete 50 Millionen Jahre alte Ginkgoblatt. Dieses Fossil zeigt, dass Ginkgos immer Ginkgos waren und nicht aus einer anderen Pflanze hervorgegangen sind oder sich in eine andere Art verwandelt haben. Hier stoßen die Evolutionisten an ihre Grenzen.
Por los últimos 150 años, cada rincón de la Tierra ha sido excavado en búsqueda de fósiles, y millones de ellos han sido descubiertos. Pero entre todos ellos, no existe ni un solo ejemplar a medio desarrollar que posea los rasgos de dos especies vivientes diferentes —lo cual puede ser llamado un "eslabón perdido" intermedio. Cada fósil descubierto hasta este momento revela que los seres vivientes emergieron súbitamente y nunca han cambiado, mientras que no se han extinguido. Esto tiene una consecuencia clara: Dios creó todos los seres vivientes.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Una prueba que invalida el panorama de la evolución de las plantas es la hoja de gingko de 50 millones de años de edad aquí ilustrada. Este fósil indica que los gingkos siempre se han mantenido iguales, y que no se han originado de ninguna otra planta o transformado en otra especie. Esto coloca a los evolucionistas en un punto muerto
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Si la evolución hubiera tenido lugar, como afirman los darwinistas, entonces tendría que haber miles de formas intermedias, y no los innumerables fósiles vivientes que quedaron en la Tierra sin cambios. Los evolucionistas encontrarían continuamente fósiles de especies intermedias que cambiaron de una forma de vida a otra, millones de ejemplares de “especies en desarrollo.” No obstante, los evolucionistas no han logrado descubrir ni un solo fósil intermedio. No han logrado presentar ni un solo órgano en desarrollo en un organismo. Como puede verse, esta hoja de ginkgo no ha sufrido ningún cambio desde el período Eoceno (hace 54-37 millones de años).
Edad: 65-23 millones de años
Período: Terciario Inferior
Ubicación: New Bamberg, Alemania
Los científicos que examinaban la estructura de las piñas se sorprendieron con sus estructuras reproductoras. Las piñas que producen polen hacen uso de fuerzas aerodinámicas. Las investigaciones han demostrado que estas plantas pueden cambiar el movimiento linear del viento en tres maneras diferentes.
Primero, las ramas y ramillas dirigen el viento hacia el centro de la piña. Entonces, el viento en esta área es dirigido hacia los ovarios de la piña, donde las semillas se formarán.
En el segundo método, el viento se pone en contacto con la cubierta exterior de la piña, se arremolina alrededor de su eje y se dirige hacia el interior de la piña.
Tercero, gracias a las proyecciones de la piña, causa una turbulencia que desvía el viento hacia abajo, hacia la superficie externa de la piña. (Para más información, ver El Milagro de la Creación en las Plantas de Harun Yahya, Goodword Books, 2002.) Sin duda este árbol, que no posee un cerebro pero aún así hace uso de los movimientos del viento, emplea un tipo de sabiduría que no puede ser explicada por la casualidad, como afirman los evolucionistas. Las coincidencias no pueden enseñarle a una planta cómo aprovechar el viento. Además, las plantas no tienen la habilidad de planear ni una sola parte de un sistema tan complejo. Esta estructura perfecta en una piña es el arte de nuestro Dios Todopoderoso.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Una hoja de ginkgo en árbol hoy no es distinta de la que creció hace 50 millones de años o incluso antes. Lo mismo se aplica a todos los organismos que viven en la Tierra. El hecho de que han permanecido iguales sorprende a muchos científicos evolucionistas. Los ha hecho cambiar su punto de vista, y llevó a otros a ver que la evolución, la cual habían estado defendiendo por años, es sólo un fraude. Aquellos evolucionistas que insisten en su error a pesar de estos hechos están siendo enteramente ideológicos, no científicos.
Edad: 320 millones de años
Período: Carbonífero
Ubicación: Lancashire, Reino Unido
Los helechos que crecieron hace 320 millones de años estaban fotosintetizando, absorbiendo agua del suelo, beneficiándose de la luz del sol y reproduciéndose a través de esporas tal como los que viven actualmente. Estas plantas que han tenido las mismas características por cientos de millones de años claramente no han evolucionado. Sin embargo, los darwinistas no logran reconocer este hecho obvio, debido a sus preocupaciones ideológicas.
Edad: 45 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Green River, Wyoming, EE.UU.
El Zelkova es originario de Japón, Corea, China y Taiwan. En Japón, se lo conoce como keaki, un árbol caducifolio que llega a medir de 20 a 35 metros (65 a 114 pies) de alto, con hojas bastante amplias.
Como todas las otras plantas, el keaki se ha mantenido igual desde el momento en el que comenzó a existir, y los registros fósiles corroboran esto. La hoja de keaki fosilizada ilustrada aquí tiene 45 millones de años de edad, pero es idéntica a las hojas de keaki actuales.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Los átomos no pueden unirse de manera fortuita y conformar una sola célula de la hoja de ginkgo, con su apariencia perfecta. Pero esto es exactamente lo que los darwinistas afirman. Este es el motivo por el cual tratan de probar que átomos inconscientes lo han logrado, y por el cual buscan formas intermedias constantemente. No obstante, como en el pasado, lo que siguen encontrando son fósiles vivientes.
Un ejemplo es la hoja de ginkgo de 50 millones de años aquí ilustrada.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Esta hoja de serbal del período Eoceno (hace 54 a 37 millones de años) presenta las características de las hojas de serbal de nuestros días. Los detalles en el sistema de venas están preservados perfectamente, y proveen evidencia, que contradice la evolución, de que la especie no ha sufrido ningún cambio.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Otra prueba de que una especie de planta no ha evolucionado es el fósil de túpelo aquí ilustrado. Exámenes realizados en el fósil revelan que la planta de 50 millones de años no era diferente de lo que es actualmente. Se ha mantenido igual por millones de años. Este ejemplo revela, una vez más, la invalidez de la evolución.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
La teoría de la evolución no puede explicar los orígenes de los organismos vivos y también se desespera al enfrentar hojas de ginkgo fósiles, que demuestra que la especie se ha mantenido sin cambios por decenas de millones de años. Tales fósiles, que prueban que los organismos vivientes han permanecido iguales en toda su existencia, han dado un golpe fatal a la teoría de la evolución. Como muchas otras ramas de la ciencia, la paleontología también confirma que la Creación es un hecho obvio.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Dios puede crear todos los organismos perfectamente, y en cualquier forma. Nuestro Dios Todopoderoso crea cualquier ser viviente con una orden “¡Sé! En la Tierra abundan seres vivientes perfectos y complejos que han nacido por Su voluntad, especies que han mostrado las mismas características perfectas a través de la historia y —por la voluntad de Dios— han probado que fueron creadas en un momento y en forma perfecta.
Si los darwinistas aceptan este hecho o no, toda la evidencia paleontológica seguirá tirando abajo su teoría. Esto es porque, tal como en el caso de esta hoja de abedul que se ha mantenido igual por 50 millones de años, la paleontología sigue proveyendo ejemplares de fósiles vivientes.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Al afirmar que las formas intermedias deben existir entre los fósiles conocidos, los darwinistas tratan de engañar a la gente. Pero innumerables especies vivientes y sus homólogos fósiles revelan claramente, y con pruebas suficientes, que un proceso como el que los evolucionistas afirman que existió nunca ha ocurrido. Aquellos que siguen creyendo en la teoría de la evolución a pesar de estos hechos son darwinistas. Ignoran esta evidencia obvia que revelan los registros fósiles y confían que las “formas intermedias” imaginarias serán encontradas algún día.
Uno de los fósiles vivientes que refutan las esperanzas de los darwinistas y que los guarda de engañar a la gente es esta hoja de robinia de 50 millones de años de edad aquí ilustrada.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Como todos los otros organismos vivientes, las plantas también emergieron en los registros fósiles súbitamente y con estructuras características propias. La apariencia y las estructuras que mostraban hace millones de años son las mismas que muestran ahora. Esto demuestra que los seres vivientes son creados por Alguien que tiene una sabiduría superior, o sea, nuestro Señor, Dios.
Una prueba de esto es esta hoja de amelanchier, de alrededor de 50 millones de años de edad.
Edad: 54-37 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
A través de la historia, las tortugas han permanecido como tortugas, los mosquitos han permanecido como mosquitos, las hormigas han permanecido como hormigas, y las hojas de ginkgo han permanecido como hojas de ginkgo. No importa cuán viejo sea el fósil de hoja de ginkgo que examinemos, vemos que tiene la misma estructura que los ginkgos actuales. Las hojas son exactamente las mismas, ya tengan 50 millones o cientos de millones de años de edad. Como todos los otros seres vivientes, el ginkgo no ha sufrido ningún cambio y no ha pasado por ningún proceso de evolución. Cada especie es creada en la misma forma con el arte superior de nuestro Señor.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Aquí hay ilustrada una hoja de olmo fosilizada, de 50 millones de años de edad. Como demuestra, los olmos que vivieron hace millones de años y aquellos de nuestros días no son distintos. Este árbol no ha sufrido ningún cambio, como proponen los defensores del llamado “equilibrio puntuado” o aquellos que favorecen la “evolución gradual” imaginaria. No importa cuánto traten los evolucionistas, sin tener evidencia, de adaptar su teoría a la situación que encuentran, esta verdad no cambiará. Los fósiles vivientes han refutado la evolución.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
De las rocas de la Tierra, 99 por ciento han sido excavadas, y aproximadamente 100 millones de fósiles pertenecientes a 250.000 especies que aún viven han sido desenterrados. Entre estos fósiles, no existe ni una sola forma intermedia, o ningún fósil que pertenezca a una versión primitiva de un organismo posterior. Desde el primer momento en el que aparecen en los registros fósiles, los seres vivientes muestran estructuras completas y complejas. Esta hoja de ginko del período Eoceno (hace 54 a 37 millones de años) no es distinta de las hojas de ginko de nuestros días.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
De acuerdo a las sugerencias de los evolucionistas, alejadas de la ciencia, los seres vivientes evolucionaron los unos de los otros. En un caso tal, debe haber existido especies intermedias entre dos especies conocidas y versiones extrañas y desarrolladas de modo inadecuado. Y el número de fósiles de estos seres intermedios debería exceder los millones.
Sin embargo, los registros fósiles no cuentan con tales etapas intermedias. Nadie ha encontrado ni uno solo de estos ejemplares. Desde el primer momento en el que existieron, los seres vivientes han gozado de estructuras perfectas. Los organismos vivientes de nuestros días también poseían sus rasgos actuales hace millones de años—un hecho develado por los registros fósiles. Esta hoja de ginko de aproximadamente 50 millones de años de edad prueba esto una vez más.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Esta hoja de aliso de hace 50 millones de años es sólo uno de los millones de ejemplos que muestran que los organismos vivientes se han mantenido iguales por muchos millones de años.
Los evolucionistas han afirmado que aproximadamente una docena de fósiles son formas intermedias, pero de hecho corresponden a organismos complejos de diferentes tipos que de ningún modo muestran algún rasgo de una especie intermedia. Algunos de ellos, por cierto, han sido expuestos como ejemplos de fraude. Los evolucionistas no tienen pruebas que justifiquen estas afirmaciones, y los ejemplares de fósiles vivientes confirman este hecho constantemente.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Los nogales son árboles de entre 10 y 40 metros (33 y 130 pies) de alto que crecen en casi todos los rincones del mundo. Esta hoja de nogal fosilizada de hace 50 millones de años no es distinta de las hojas de nogal que pueden ser vistas casi en todas partes en la actualidad.
El hecho de la Creación es confirmado por innumerables pruebas. Para fabricar alguna evidencia que corrobore su teoría, los evolucionistas tienen que encontrar un fósil intermedio que pruebe la transición de una especia a la otra. Sin embargo, ya que la evolución nunca ocurrió en la Tierra, ni un sólo fósil intermedio que apoye estas afirmaciones será encontrado. Por este motivo solamente, la evolución no tiene ninguna validez científica y está basado totalmente en el engaño.
Edad: 54-37 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Si la evolución fuera verdad, entonces los darwinistas deberían publicar un libro similar a éste, en el cual muestren cientos de ejemplares de fósiles intermedios. Sin embargo, nunca pueden lograr esto, porque es imposible, no hay ni un solo fósil que pertenezca a un “eslabón perdido” intermedio. Esto se debe a que, como se manifiesta en los registros fósiles, los organismos vivientes no han evolucionado. Al mirar a esta hoja de ginko, se puede entender fácilmente que los organismos vivientes se han mantenido iguales – o sea, fueron creados.
La hoja de ginko ilustrada aquí tiene alrededor de 50 millones de años de edad, lo cual prueba que la especie se ha mantenido igual por millones de años.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
La conclusión que surge es que si examinamos los registros fósiles en detalle, ya sea al nivel de las órdenes o de las especies, encontramos—una y otra vez—no una evolución gradual sino la explosión súbita de un grupo a costa de otro. (Derek V. Ager, "The Nature of the Fossil Record" Proceedings of the British Geological Association, Vol. 87, 1976, p. 133.)
El paleontólogo británico Derek V. Ager considera un problema el hecho que los fósiles nunca han corroborado la teoría de la evolución, sino que han confirmado el hecho de la Creación. El fósil de hoja de aliso de 50 millones de años de edad aquí ilustrado es uno de los muchos fósiles que confirman que los organismos vivientes aparecieron súbitamente en la Tierra. O sea, fueron creados, han permanecido sin cambios y nunca han evolucionado de una forma a otra.
Edad: 54-37 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Científicamente, la época de Darwin fue un período extremadamente primitivo. Los científicos sabían poco sobre la anatomía de las criaturas vivientes, y no tenían idea de la genética. Según ellos, la célula era simplemente un globo pequeño relleno de mermelada. A medida que vinieron uno atrás del otro los descubrimientos sobre la genética y las características anatómicas de los organismos vivientes, la teoría de la evolución propuesta en una época de tal ignorancia se ha vuelto insostenible. La paleontología, la cual revela la naturaleza estable de las estructuras de los seres vivos, ha planteado otra amenaza a la teoría de la evolución.
El hecho de que las estructuras complejas de los organismos vivientes nunca han cambiado demuestra una vez más que Dios Todopoderoso creó todos los seres vivos. Este fósil de hoja de olmo, de 54 a 37 millones de años de edad, lo sugiere.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
La hoja de una ostrya, con una de las maderas más duras de cualquier árbol sobre la Tierra, con ramas y tronco verdes, vivió 50 millones de años con las mismas características. Dios Nuestro Señor lo creó en la misma forma hace millones de años, tal como ahora lo crea. Aquellos que apoyan la teoría falsa de la evolución solo para negar la existencia de Dios nunca tendrán éxito, ya que en los cielos y la Tierra hay evidencias abundantes de Su existencia.
Edad: 50 millones de años
Período: Eoceno
Ubicación: Formación Cache Creek, Columbia Británica, Canadá
Hoy, los darwinistas no pueden mostrar fósiles como evidencia de la evolución, ya que las investigaciones de los paleontólogos desde mediados del siglo XIX en cada rincón del mundo no han encontrado ni un solo fósil de cualquier “eslabón perdido” intermedio, aunque los evolucionistas afirmen que deberían ser numerosos. Hoy es un hecho establecido que los “eslabones perdidos” son una fábula no científica.
Lo que sí ha sido descubierto en cantidad son fósiles vivientes. La hoja de 50 millones de años de edad ilustrada aquí es sólo uno de los que han sido hallados.