Este libro no sólo proveerá al lector de la información respecto a cómo y dónde fueron encontrados esos restos, sino que también le hará conocer una gran variedad de ellos –con millones de años de antigüedad– que aún pueden declarar: “Nunca sufrimos ningún tipo de evolución sino que fuimos creados”. Los fósiles que se presentan aquí son unos pocos ejemplos de los cientos de millones de especies que demuestran la creación. De todos modos, son suficientes para atestiguar que la teoría de la evolución es el mayor engaño y burla en la historia de la ciencia.