Uno de los factores principales que puede enturbiar nuestro razonamiento es el sentimentalismo. Éste es un estado de ánimo bastante dañino, contrario al propio funcionamiento de la razón humana.
De hecho, el sentimentalismo es un peligro explícito para la razón. Ejerce un control sobre la facultad de razonar hasta el punto de emitir significativos juicios negativos. Bajo la influencia de las emociones, una persona sentimental puede fácilmente involucrarse en acciones poco sensatas e imprudentes. Por el contrario, el creyente siempre mantiene sus emociones bajo el domino de la razón.
El concepto de amor, por ejemplo, puede tener dos dimensiones distintas: emocional o racional. La persona sentimental siente un profundo apego por personas u objetos que en realidad no lo merecen. Como impera en muchas culturas (especialmente en las orientales), se muestra una gran devoción a los que no tienen ningún respeto a la propia devoción o que causan dolor en recompensa por amor sincero.
Por el contrario, el amor de un creyente siempre tiene una base sólida. Ante todo, identifica la existencia de “atributos de fe” o “atributos de un creyente” en aquello que ama, como se determina en el Corán. Un creyente nunca muestra afecto por alguien que no merece ser amado.
Dios llama nuestra atención en muchas aleyas sobre los peligros que quedan al descubierto inherentes al amor sentimental. En el sura “La examinada” (Al- Mumtahina) ordena:
(1) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! ¡No toméis por amigos vuestros a Mis enemigos –que son también enemigos vuestros-- mostrándoles afecto a pesar de que están empeñados en negar la verdad que os ha llegado, [y a pesar de que] han expulsado al Enviado y a vosotros [sólo] porque creéis en Dios, vuestro Sustentador! Si [es verdad que] habéis salido [de vuestros hogares] a luchar por Mi causa, y buscando Mi complacencia, [no los toméis por amigos,] inclinándoos hacia ellos con afecto secreto: pues Yo soy plenamente consciente de lo que ocultáis y también de lo que hacéis públicamente. Y quien de vosotros haga esto se ha extraviado ya del camino recto.
(2) Si consiguieran venceros, seguirían [aún] siendo enemigos vuestros, y alargarían sus manos y sus lenguas contra vosotros para haceros daño: porque desean que vosotros [también] neguéis la verdad.
(3) Pero [tened presente que] ni vuestros parientes ni [siquiera] vuestros propios hijos os serán de provecho en el Día de la Resurrección, [pues entonces] Él decidirá entre vosotros [sólo según vuestros méritos]: y Dios ve todo lo que hacéis.
(4) Habéis tenido un buen ejemplo en Abraham y en quienes le seguían, cuando dijeron a sus paisanos [idólatras]: "¡Realmente, nos desentendemos de vosotros y de todo lo que adoráis en vez de Dios: negamos que haya verdad en lo que decís; la enemistad y el odio se interpondrán entre nosotros y vosotros, y persistirán hasta que lleguéis a creer en el Dios Único!"… Sura 60: Al-Mumtahana (La Examinada)
Las palabras de Dios mencionadas arriba sientan la base para que sentir amor por los incrédulos se reconozca como algo irracional. Dicha actitud sólo se puede explicar por causa del sentimentalismo.
Muchas otras aleyas del Corán nos advierten de que debemos tener cuidado con los peligros que entraña sentir amor por los incrédulos. La historia del profeta Noé (la paz sea con él) es un ejemplo de lo dicho. Noé rogó a Dios que perdonase a su hijo (que no Le adoraba) y que le salvase del diluvio. Dios le dijo a Noé (la paz sea con él) que su hijo era uno de los incrédulos y que no debía sentir amor por alguien que siente hostilidad hacia el mensajero de Dios.
(42) Y navegó con ellos entre olas como montañas.
En ese [momento] Noé llamó a un hijo suyo, que se había mantenido apartado [de los otros]: "¡Oh hijo mío!] ¡Sube con nosotros, y no te quedes con los que niegan la verdad!"
(43) [Pero el hijo] respondió: "Me refugiaré en una montaña que me proteja de las aguas."
Noé] dijo: "¡Hoy no hay protección [para nadie] del decreto de Dios, salvo [para] aquellos que hayan merecido [Su] misericordia!" Y una ola se interpuso entre ellos, y [el hijo] fue de los que se ahogaron. …
(45) Y Noé invocó a su Sustentador, y dijo: "¡Oh Sustentador mío! ¡En verdad, mi hijo era parte de mi familia; y, en verdad, Tu promesa se cumple siempre, y Tú eres el más justo de los jueces!"
(46) [Dios] respondió: "¡Oh Noé, ciertamente, él no era de tu familia, pues era, en verdad, de conducta inmoral! Y no deberás pedirme algo de lo que no tienes conocimiento:] En verdad, te prevengo para que no seas de los que ignoran [qué es lo correcto]."
(47) [Noé] dijo: "¡Oh Sustentador mío! ¡En verdad, busco refugio en Ti de pedirte [nunca más] algo de lo que no tenga conocimiento! ¡Y si no me otorgas Tu perdón y me concedes Tu misericordia, seré uno de los perdidos!" Sura 11: (Hud)
Sólo es sensato sentir amor por alguien que realmente lo merece. En consecuencia, un creyente nunca alberga en su corazón un sentimiento profundo por alguien que se extravía.
La mujer de Noé (la paz sea con él) y la de Lot (la paz sea con él) también se encontraban entre los incrédulos que merecían ser castigados severamente por Dios. El pueblo de Lot se descarrió y, por tanto, fueron completamente destruidos. Justo antes de su destrucción, llegaron unos ángeles a decirle a Lot (la paz sea con él) que abandonase la ciudad y que dejase allí a su mujer. Sin dudarlo un momento, Lot (la paz sea con él) obedeció la orden.
(81) [Y entonces los ángeles] dijeron: “¡Oh Lot! ¡Somos, en verdad, emisarios de tu Sustentador! ¡[Tus enemigos] no podrán darte alcance! Sal, pues, con la gente de tu casa cuando aún sea de noche, y que ninguno de vosotros mire hacia atrás; [2] [y llévate a toda tu familia] a excepción de tu mujer: pues, ciertamente, a ella le sucederá lo que les va a suceder a estas [gentes de Sodoma]. [3] En verdad, su cita es al alba --y ¿no está el alba cercana? Sura 11: (Hud)
Lot había obedecido sin dudar el mandato de Dios. Éste es exactamente el tipo de comportamiento que se debe esperar de un creyente. Una aleya dice:
(22) No encontrarás a nadie que crea [de verdad] en Dios y en el Último Día, que [al mismo tiempo] ame a quien se opone a Dios y a Su Enviado –aunque se trate de sus padres, sus hijos varones, sus hermanos o [demás] familiares suyos.
Ésos –en sus corazones ha inscrito Él la fe, y les ha fortalecido con una inspiración venida de Él, y [en su momento] les hará entrar en jardines por los que corren arroyos, en los que morarán. Dios está complacido con ellos, y ellos están complacidos con Él. Esos forman el partido de Dios: ¡si, en verdad, son ellos, el partido de Dios, los que alcanzarán la felicidad! Sura 58: Al-Muyádala (La Que Argumenta)
La esencia de esta actitud, libre de emociones, es sin duda la comprensión del amor que es característica únicamente de los creyentes. Dios nos informa en la siguiente aleya sobre las diferentes ideas que sobre el amor sostienen los creyentes y los no creyentes:
(165) Y aún así, hay gentes que eligen creer en seres que supuestamente rivalizan con Dios, y les aman como [sólo] Dios debe ser amado: pero los que han llegado a creer aman a Dios por encima de todo.¡Si quienes están empeñados en hacer el mal pudieran tan sólo ver --como lo verán cuando se les consigne al castigo [en el Día de la Resurrección]-- que todo el poder pertenece sólo a Dios, y que Dios es severo en [imponer] el castigo. Sura 2: Al-Baqara (La Vaca)
Tal y como Dios afirma en esta aleya, los creyentes Le aman por encima de todo. El afecto que sienten por otras personas es sólo un reflejo de su amor por Dios. Sólo aman a los creyentes, porque ellos son los que de verdad aceptan los valores morales que Dios ordena. Por el contrario, los incrédulos viven conforme a sus caprichos y deseos. En este sentido, siguen el camino de Satanás. Asumen que todo tiene una existencia independiente de Dios. En el Corán se llama a esto “asociar a otros con Dios” o, en otras palabras, paganismo.
En el Corán, el comportamiento libre de emociones demostrado por los creyentes no se limita únicamente al amor. Existen otros comportamientos racionales que se relatan en él. Los que siguen son ejemplos de dichos comportamientos: la madre de Moisés dejó a su hijo flotando en el río sin ninguna duda cuando recibió la inspiración de Dios: “(7) Y así, [cuando él nació,] inspiramos [esto] a la madre de Moisés: "¡Dale de mamar [por un tiempo], y luego, si temes por él, ponlo en el río, y no temas ni estés triste --porque te lo devolveremos, y haremos de él uno de Nuestros mensajeros!" Sura 28: Al-Qasas (La Historia); los creyentes refrenan su ira y perdonan al prójimo: “(134) aquellos que gastan [en Su causa] en tiempos de prosperidad y en tiempos de estrechez y refrenan su ira, y perdonan al prójimo porque Dios ama a quienes hacen el bien”. Sura 3: Al Imran (La Casa de Imrán); y no se desesperan por lo que se les ha escapado: “(23) ¡[Recordad esto,] para que no desesperéis por lo [bueno] que se os ha escapado ni os alegréis [en exceso] por lo [bueno] que os ha llegado: pues“Dios no ama a los que, por vanidad, actúan de forma jactanciosa Sura 57: Al-Hadid (El Hierro) y gastan de aquello que les es más preciado: “(92) [En cuanto a vosotros, Oh creyentes,] no alcanzaréis la verdadera piedad mientras no gastéis en otros de aquello que os es más preciado; y lo que gastéis --ciertamente, Dios tiene pleno conocimiento de ello”. Sura 3: Al Imran (La Casa de Imrán).
Sin embargo, hay un punto que necesita clarificarse: no ser sentimental no significa ser insensible. Al contrario, los creyentes son personas de buen corazón. Los atributos del profeta Abraham se relatan en el Corán: “(114)… Abraham era sumamente tierno de corazón, benigno”. Sura 9: At-Tauba (El Arrepentimiento). Lo que aquí se critica del sentimentalismo es el aspecto negativo que prevalece en la cultura de una sociedad ignorante. Al pensar de un modo sentimental, las emociones nublan completamente la facultad de razonar y hacen que se desarrolle un raciocinio enfermizo contrario a los principios del Corán. En esta cultura, no es el espíritu sino la parte negativa del alma la que desencadena estas emociones.
En una comunidad, se pueden observar varios ejemplos de la mencionada actitud, por ejemplo, el sentimentalismo que muestran algunas chicas. Bajo la influencia de las emociones, una chica ama la imagen de un hombre en vez de su carácter y espíritu. Esto se debe sin duda a la mentalidad que inculca en ella la sociedad. Sin embargo, las lecciones que se deducen de la experiencia conducen al final a la sabiduría. Por lo común, después de haber pasado un corto periodo de tiempo con él, la chica se da cuenta de la parte negativa o inhumana del hombre que ama.