Los Que Toman Como Dioses A Sus Vanos Deseos Y Pasiones

En el capítulo anterior analizamos las dos facetas del alma: la que inspira el mal y los bajos deseos, y la que nos protege de las inculcaciones del mal. En el Corán, la palabra “hewa” se utiliza para referirse a la parte pecaminosa del alma. “Hewa” se define como “deseo, pasión, deseo sexual, lujuria, y todos los factores internos negativos que corrompen al hombre”.

La única guía que tienen los incrédulos es esta parte negativa y malvada del alma llamada “hewa”. Satisfacer sus vanos deseos y pasiones se convierte en un modo de vida para ellos. En consecuencia, todos sus esfuerzos y facultades mentales se dirigen a satisfacer sus caprichos. Con tal disposición de ánimo, resulta casi imposible que un incrédulo comprenda las enseñanzas de la religión. El Corán narra este hecho:

(16) Y entre esos [desdichados pecadores] hay quienes [hacen como que] te escuchan, [Oh Muhammad,] pero tan pronto como abandonan tu presencia, dicen [despectivamente] a los que han comprendido [tu mensaje]: "¿Qué es lo que acaba de decir?" Estos son aquellos cuyos corazones Dios ha sellado porque siguen [únicamente] sus pasiones – Sura 47: Muhammad

Aquel que se rinde a la maldad de su alma recurre a ella cada vez que necesita tomar una decisión. En este sentido, los caprichos y deseos se convierten en la base para juzgar entre el bien y el mal. Resulta una clara manifestación de que la persona adora a su propia alma o, por decirlo de otro modo, a sí mismo. En el Corán se llama a este estado “hacer de sus deseos su dios”, como se dice en la siguiente aleya:

(23) ¿HAS CONSIDERADO alguna vez a ese [tipo de hombre] que hace de sus deseos su dios, y a quien Dios [entonces] ha dejado que se extravíe, sabedor [de que su mente está cerrada a la guía], y ha sellado su oído y su corazón, y ha puesto sobre sus ojos un velo? ¿Quién podría guiarle [entonces,] después de [haber sido abandonado por] Dios? ¿No vais, pues, a recapacitar? Sura 45: Al-Yáziya (Arrodillada)

En el Corán, el que se deja guiar por sus pasiones y deseos, y por tanto carece de una mente sana capaz de razonar, se caracteriza por estar “ciego y sordo”. Por el contrario, los creyentes están bendecidos con una mente en buen estado, con la cual pueden juzgar entre el bien y el mal, y con un entendimiento por medio del cual tienen una plena comprensión de todo lo que ocurre a su alrededor. En las aleyas siguientes se menciona a las gentes y sociedades desprovistas de entendimiento debido a que siguen sus propios deseos:

(77) Di: "¡Oh seguidores del Evangelio! No excedáis los límites [de la verdad] en vuestras creencias religiosas; y no sigáis las opiniones erróneas de gentes que se extraviaron antes y que han extraviado a muchos [otros], y están aún extraviados del camino recto." Sura 5: Al-Ma’ida (El Ágape)

(119) ¿Y por qué no habríais de comer de aquello sobre lo que se ha mencionado el nombre de Dios, cuando Él os ha detallado claramente lo que os está prohibido [comer] a menos que os veáis obligados [a hacerlo]? Pero, ciertamente, [es precisamente en tales asuntos en los que] mucha gente extravía a otros con sus opiniones erróneas, sin [tener realmente] conocimiento. En verdad, tu Sustentador es quien mejor conoce quienes transgreden los límites de lo correcto. Sura 6: Al-Anaam (El Ganado)

(135) ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! Sed firmes en establecer la justicia, dando testimonio de la verdad por Dios, aunque sea en contra vuestra o de vuestros padres y parientes. Tanto si la persona es rica o pobre, el derecho de Dios está por encima de los [derechos] de ambos. No sigáis, pues, vuestros propios deseos, no sea que os apartéis de la justicia: porque si alteráis [la verdad], u os evadís, ¡ciertamente, Dios está bien informado de todo cuanto hacéis! Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)

(29) Pero no --los que están empeñados en hacer el mal siguen únicamente sus deseos, sin tener conocimiento alguno [de la verdad]. Y, ¿quién puede guiar a los que Dios ha dejado que se extravíen, y que no tienen [por tanto] quien les auxilie? Sura 30: Ar-Rum (Los Bizantinos)

(71) ¡Pero si la verdad se ajustara a sus preferencias arbitrarias, los cielos y la tierra sin duda se habrían hundido en el caos, y todo cuanto vive en ellos [habría perecido hace mucho]!

¡Pero no; [en esta escritura divina] les hemos transmitido todo aquello que debieran tener presente: y de este recordatorio suyo se apartan [despreocupados]! Sura 23: Al-Mu'minún (Los Creyentes)

(48) Y te hemos revelado a ti [Oh Muhammad] esta escritura divina, que expone la verdad, como confirmación de la verdad de lo que aún queda de revelaciones anteriores y como determinante de lo que de ello es verdadero. Juzga, pues, entre los seguidores de revelaciones anteriores de acuerdo con lo que Dios ha hecho descender, y no sigas sus erróneas opiniones en contra de lo que te ha llegado de la verdad.

A cada uno de vosotros le hemos asignado una ley y un modo de vida [distintos]. Y si Dios hubiera querido, ciertamente, os habría hecho una sola comunidad: pero [lo dispuso así] para probaros en lo que os ha dado. ¡Competid, pues, unos con otros en hacer buenas obras! Habréis de volver todos a Dios: y, entonces, Él os hará entender aquello sobre lo que discrepabais.

(49) Así pues, juzga entre los seguidores de revelaciones anteriores de acuerdo con lo que Dios ha hecho descender y no sigas sus erróneas opiniones; y guárdate de ellos, no sea que te aparten con engaño de algo de lo que Dios ha hecho descender sobre ti. Y sabe que si se apartan [de Sus preceptos] es porque es voluntad de Dios afligirles [así] por algunas de sus ofensas: pues, ciertamente, gran número de gentes son en verdad perversas. Sura 5: Al-Ma’ida (El Ágape)

Seguir los bajos deseos e instintos hace que el individuo se ciegue ante sus faltas. Tal persona se enfrenta rápidamente al desastre eterno.