--(52) el Día en que sus excusas no sirvan de nada a los malhechores, pues su merecido será el rechazo [de Dios] y una funesta morada [en el más allá]. Sura 40: Gáfir (Que Perdona)
El Corán da cuenta detallada de la naturaleza humana: menciona tanto los rasgos de la personalidad corrupta e indecente de los incrédulos como los atributos de los creyentes. Las características de los creyentes obedientes que con frecuencia se dirigen a Dios, y a los que Él ha insuflado Su espíritu, se consideran un excelente modelo de personalidad.
Sin duda, tan alto arquetipo de valores morales que corresponde a los creyentes contrasta vivamente con el de los incrédulos. La sinceridad y fiabilidad de los primeros hace resaltar la naturaleza hipócrita y artificial de los segundos. De igual modo, la actitud generosa, valiente y modesta de los creyentes, es muy diferente del comportamiento arrogante, cruel y egoísta de los incrédulos.
Una característica que distingue claramente a estos dos grupos (creyentes e incrédulos) es el sentimiento de lealtad, o su ausencia. La realidad es que los incrédulos no pueden ser fieles debido a que únicamente les guía su interés personal. A menudo les basta un momento para dar la espalda a un amigo de toda la vida o a un familiar. Del mismo modo, dejan con facilidad de luchar por lo que creen justo o de defenderlo.
Sin embargo, los creyentes adoptan una actitud completamente distinta. Los criterios que aplican a sus actos y vidas se ponen de manifiesto en esta aleya: (162) Di: "Ciertamente, mi oración, [todos] mis actos de adoración, mi vida y mi muerte son [sólo] para Dios, el Sustentador de todos los mundos”. Sura 6: Al-Anaam (El Ganado). En consecuencia, las personas que tienen fe son consideradas, con el propósito de agradar a Dios, y permanecen comprometidas con su gente y con su objetivo a toda costa. Nunca se apartan del camino recto por obtener un beneficio menor y demuestran una lealtad firme e inquebrantable hacia los creyentes y, especialmente, hacia su líder. Dios describe en el Corán la lealtad que muestran los creyentes:
(23) Entre los creyentes hay hombres que han sido [siempre] fieles a su compromiso con Dios: algunos de ellos lo han cumplido [ya] con su muerte, y otros esperan aún [su cumplimiento] sin haber cambiado [su resolución] en lo más mínimo. Sura 33: Al-Ahsab (La Coalición)
La lealtad mantiene firmes en su objetivo a todos los creyentes que luchan por su fe. Esta cualidad, una característica esencial de la determinación, es vital para cualquier comunidad de creyentes que sea estable. Un creyente podría perder su autoestima si descuidase en lo más mínimo su lealtad aunque fuese una sola vez. Cuando se pierde por completo la autoestima, uno se acerca, paso a paso, hacia una situación peor. Esto ocurre porque la deslealtad anima a una persona a cometer otra clase de engaños. En primer lugar, peca al intentar esconder su deslealtad a otros creyentes. Luego, empieza a decir mentiras, esforzándose por engañarlos. Al cabo de un tiempo, su “talento” en decir mentiras hace que realmente crea que puede engañar a los creyentes y empieza a adoptar un modo de vida basado en sacar injusto partido de ellos. Esto indica que el embustero no siente amor por los creyentes. Con tal ánimo, busca contentar a la gente en vez de a Dios. Es por ello que ambiciona el prestigio. Cualquier cosa que atente contra su prestigio es una seria amenaza para él e intenta protegerse diciendo más mentiras. Mientras tanto, a medida que los creyentes empiezan a darse cuenta de sus mentiras, muestra más y más los rasgos de un hipócrita. Llegados a este punto, intenta exculparse a sí mismo pero este esfuerzo le convierte en la clase de persona que no duda en aliarse con los incrédulos y los hipócritas.
Los verdaderos creyentes, por otro lado, perseveran con determinación en su rectitud y obediencia al Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) hasta el día de su muerte, puesto que deben obediencia sólo a Dios. Este hecho se destaca en la aleya siguiente:
(80) Quien obedece al Enviado, está obedeciendo con ello a Dios; y en cuanto a los que se apartan --no te hemos enviado para que seas su guardián. Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)
Ser sincero es uno de los temas a los que los creyentes deben prestar mayor atención. Dios, a la vez que nos informa sobre los hipócritas que siempre están dispuestos a escapar de sus obligaciones, llama nuestra atención sobre el compromiso que aparece en el Corán de que no volverán sus espaldas y, en consecuencia, afirma que tales personas tienen una gran responsabilidad.
(15) aunque antes de eso hubieran prometido ante Dios que nunca volverían la espalda [a Su mensaje]: ¡y sin duda, de una promesa a Dios se ha de responder! Sura 33: Al-Ahsab (La Coalición)
Una promesa hecha a Dios es una gran responsabilidad. Es por esto que Dios ordena a los creyentes:
(95) Así pues, ¡no malvendáis vuestro pacto con Dios por un provecho insignificante!
En verdad, lo que hay junto a Dios es mucho mejor para vosotros, ¡si lo supierais!: Sura 16: An-Nahl (La Abeja)
Sin duda, la muestra más significativa de lealtad es la obediencia. Ésta es una característica esencial de los creyentes, tal y como menciona el Corán. En realidad, es la clave para ganarse la misericordia de Dios, para alcanzar el Cielo y vencer a los incrédulos.
(132) Y obedeced a Dios y al Enviado, para que seáis agraciados con la misericordia. Sura 3: Al Imran (La Casa de Imrán)
(13) Estos son los límites fijados por Dios. Y a quien obedezca a Dios y a Su Enviado, Él le hará entrar en jardines por los que corren arroyos, en los que permanecerán: ese es el triunfo supremo. Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)
(59) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Obedeced a Dios, obedeced al Enviado y a aquellos de vosotros a quienes se ha dado autoridad; y si discrepáis en algo, referidlo a Dios y al Enviado, si [en verdad] creéis en Dios y en el Último Día. Esto es lo mejor [para vosotros], y lo mejor en definitiva. Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)
(64) pues nunca hemos mandado a un enviado sino para que fuera obedecido con la venia de Dios. Si entonces, después de haber sido injustos consigo mismos, hubieran venido a ti y hubieran pedido el perdón de Dios --y el Enviado hubiera pedido también que fueran perdonados-- habrían hallado con toda certeza que Dios acepta el arrepentimiento y es dispensador de gracia.
(65) ¡Pero no! ¡Por tu Sustentador! No creen [en realidad] hasta que no te hagan [Oh Profeta] juez de todo aquello en lo que discrepan, y no encuentren en sus corazones obstáculo alguno para aceptar tu decisión y se sometan [a ella] por entero. Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)
(69) Pues quienes obedecen a Dios y al Enviado estarán, junto a aquellos sobre los que Dios ha derramado Sus bendiciones: los profetas; aquellos que nunca se desviaron de la verdad; aquellos que dieron testimonio de la verdad [con sus vidas] y los justos: ¡que excelente compañía! Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)
Tal y como las aleyas ponen de manifiesto, los creyentes deben obedecer siempre, bajo cualquier circunstancia. También los hipócritas pueden ser obedientes, pero únicamente cuando las condiciones no son tan duras ni exigentes. Sin embargo, sólo los verdaderos creyentes siguen obedeciendo en tiempos difíciles y problemáticos. De hecho, en el Corán, Dios nos informa de que los hipócritas que vivían en tiempos del Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) tenían dificultad en luchar por la fe, pero se unían a los creyentes en su esfuerzo cuando comprobaban que ello significaba “una ganancia inmediata y un viaje fácil”. Esto se relata en las siguientes aleyas:
(41) Salid a combatir, tanto si [os] resulta fácil como difícil, y esforzaos por la causa de Dios con vuestros bienes y personas: esto es por vuestro propio bien --¡si lo supierais!
(42) Si hubiera existido [la expectativa de] una ganancia inmediata y un viaje fácil, ciertamente te habrían seguido, [Oh Profeta:] pero la distancia les pareció excesiva. Y sin embargo, [a vuestro regreso, Oh creyentes,] jurarán por Dios: "¡Si hubiéramos podido, habríamos salido con vosotros!" --se destruyen a sí mismos [con sus falsos juramentos]: ¡pues Dios sabe que, ciertamente, mienten! Sura 9: At-Tauba (El Arrepentimiento)
Uno de los principales atributos de los creyentes es mantener su obediencia en cualquier situación y bajo cualquier circunstancia. El Corán nos habla de las diferentes actitudes de los creyentes y de los hipócritas.
(47) Pues, [muchos son los que] dicen: "¡Creemos en Dios y en el Enviado, y obedecemos!" --pero luego, después de esta [afirmación], algunos se echan atrás: y esos no son en absoluto [verdaderos] creyentes. (48) Y [así] cuando son llamados a Dios y a Su Enviado para que [la escritura divina] juzgue entre ellos, he ahí, que algunos de ellos se apartan; (49) pero si la verdad resulta de su agrado, están dispuestos a aceptarla.
(50) ¿Hay enfermedad en sus corazones? ¿O han empezado a dudar [de que esta sea una escritura divina]? ¿O es que temen que Dios y Su Enviado les traten injustamente?
¡Qué va; son ellos, precisamente, los que están siendo injustos [consigo mismos]!
(51) La única respuesta de los creyentes, cuando son llamados a Dios y a Su Enviado para que [la escritura divina] juzgue entre ellos, no puede ser sino:
"¡Oímos y obedecemos!" --y esos, precisamente, son los que alcanzarán la felicidad:
(52) porque, ¡quienes obedecen a Dios y a Su Enviado, y temen a Dios y son conscientes de Él, esos, precisamente, son los que [al final] triunfarán!
(53) Pues [los tibios] juran por Dios con sus juramentos más solemnes que si tú [Oh Enviado] se lo pidieras, sin duda saldrían [a combatir].
Di: "¡No juréis! Una obediencia razonable [del mensaje es todo lo que se os pide].
¡Ciertamente, Dios está bien informado de lo que hacéis!"
(54) Di: "Obedeced a Dios, y obedeced al Enviado."
Y si dais la espalda [al Enviado, sabed que] él no tendrá que responder sino de lo que se le ha encargado, y vosotros, de lo que se os ha encargado; pero si le obedecéis, estaréis en el camino recto. Pero el Enviado no está obligado mas que a transmitir con claridad el mensaje [que le ha sido encomendado]. Sura 24: An-Nur (La Luz)
La obediencia al Mensajero debería provenir de lo profundo del corazón y contar con un total compromiso. Los creyentes deben reconocer que la decisión del Mensajero es la correcta y, por consiguiente, nunca tienen dudas sobre su obediencia. Éste es un tema extremadamente importante, puesto que el Corán describe el obedecer con desgana como un signo de incredulidad:
(65) ¡Pero no! ¡Por tu Sustentador! No creen [en realidad] hasta que no te hagan [Oh Profeta] juez de todo aquello en lo que discrepan, y no encuentren en sus corazones obstáculo alguno para aceptar tu decisión y se sometan [a ella] por entero. Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)
La obediencia es un claro signo de la fe en Dios y de su total disposición a ser Su siervo. Éste es sin duda el único modo de salvarse, como Dios expone en la Sura 8: Al-Anfal (El Botín) “(24) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Responded a la llamada de Dios y del Enviado cuando os llama a lo que habrá de daros vida; y sabed que Dios interviene entre el hombre y [los deseos de] su corazón, y que ante Él seréis congregados”. El Mensajero llama al hombre a su salvación eterna. En otra aleya, Dios declara que el Mensajero emplaza a los creyentes a la salvación, la libertad, el contento y a evitar lo malo. Dice Dios en la aleya 157 de la Sura 7: Al-Aaraf (La Facultad del Discernimiento) “--(157) para aquellos que han de seguir al [último] Enviado, el Profeta iletrado a quien encontrarán descrito en la Tora que ya tienen, y [más tarde] en el Evangelio: [el Profeta] que les ordenará la conducta recta y les prohibirá la conducta inmoral, y les hará lícitas las cosas buenas de la vida y les prohibirá las malas, y les librará de las cargas y de las cadenas que [antes] pesaban sobre ellos. Quienes crean, pues, en él, le honren, le asistan y sigan la luz que se ha hecho descender a través de él --esos son quienes conseguirán la felicidad."
La victoria de los creyentes sobre los incrédulos depende también de su obediencia al Mensajero y a los que tienen autoridad de entre ellos. En respuesta a su obediencia, Dios respalda a los creyentes y les garantiza una gloriosa victoria. Lo contrario también es cierto. En caso de desobediencia, pierden su autoridad sobre los incrédulos. Dios relata un incidente que tuvo lugar en la época del Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) en esta aleya:
(152) Y, CIERTAMENTE, Dios cumplió Su promesa con vosotros cuando, con Su venia, estabais a punto de derrotar a vuestros enemigos pero entonces os faltó firmeza y fuisteis en contra de la orden [del Profeta], y desobedecisteis cuando Él os había dejado ya entrever la [victoria] que anhelabais. Había entre vosotros quienes deseaban [sólo] esta vida y también había entre vosotros quienes deseaban la Otra Vida: y entonces, para probaros, os impidió derrotar a vuestros enemigos. Ahora ya os ha perdonado: pues Dios honra con Su favor a los creyentes. Sura 3: Al Imran (La Casa de Imrán)
La salvación sólo se puede alcanzar por medio de la obediencia. Según nos instruye el Corán, el lugar al que irán al final quienes no obedecen al Mensajero y siguen otro camino diferente al que conduce hacia el bien será el infierno. Dios lo deja claro en el Corán:
(115) Pero a aquel que, después de habérsele concedido la guía, se aparta del Enviado y sigue un camino distinto al de los creyentes --le dejaremos con lo que ha elegido, y le haremos sufrir el infierno: ¡que horrible destino! Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)