Dos indicadores importantes de la fe son la confianza en Dios y la sumisión a Él. Ésta es la línea que separa a un creyente de un incrédulo.
Un incrédulo tiene una visión del mundo como algo caótico. Da por hecho que su existencia se debe a pura “coincidencia”. Según él, también lo que ocurre a su alrededor es pura coincidencia. Sin embargo, este punto de vista resulta perjudicial para la salud mental del individuo; se siente inseguro y no confía en nadie. Nada disminuye sus temores por el futuro. Pasa horas haciendo planes. Cientos, incluso miles de factores independientes se aúnan para convertir su vida en mera frustración. Se siente débil; puede que en cualquier momento desarrolle una enfermedad incurable. Algo inesperado puede ocurrirle un día y perder su trabajo o a un ser querido. Creer que estos incidentes ocurren por casualidad hace que se sienta consternado por ellos. Esto trae consigo adorar a cientos de factores independientes como si fuesen dioses. En términos coránicos, temer o confiar en algo implica asociar otro dios a Dios.
Un creyente, por el contrario, concibe la esencia de este mundo: que Dios tiene el control de toda criatura viviente y que nada ocurre sin Su permiso o conocimiento. Este hecho, enunciado en aleyas tales como Sura 11: (Hud) “(56) Ciertamente, he puesto mi confianza en Dios, [que es] mi Sustentador y también vuestro Sustentador: porque no existe criatura viva a la que Él no tenga asida por el copete. ¡En verdad, el camino de mi Sustentador es recto!” y Sura 30: Ar-Rum (Los Bizantinos) (26) “Pues, Suyo es cada uno de los seres que están en los cielos y en la tierra; todos obedecen fielmente Su voluntad” sólo se concibe por “quienes saben leer los signos” Sura 15: Al-Hichr (75).
Un creyente está seguro del hecho de que “(2)… Él (Dios) gobierna todo cuanto existe”. Sura 13: Ar-Raad (El Trueno). Sabe bien que todos los acontecimientos que irrumpen en su vida están predestinados. Ésta es la razón por la que nunca piensa que un suceso es “desafortunado”. Aunque parezca serlo, esencialmente implica algo bueno. En primer lugar, no existe nada sin sentido en la creación de Dios. Cualquiera que sean los acontecimientos que afecten la vida de un creyente, éstos están diseñados sin duda alguna para acarrearle un bien. Incluso aunque exteriormente parezca un suceso desgraciado, el creyente persevera y confía en Dios. Al final, Él lo convierte en algo bueno.
En su ardua lucha, el creyente encuentra paz y consuelo en esta forma de pensar. Cuando consultamos el Corán, observamos que todos los mensajeros y sus seguidores se enfrentaron a incidentes extremadamente adversos y aparentemente “desafortunados”. Casi todos los creyentes fueron oprimidos, amenazados, agredidos, torturados, insultados e incluso algunos asesinados. Sin embargo, nada les desanimaba, ni siquiera la más tempestuosa de las adversidades ni el más potente de los ejércitos. Permanecían firmes y fuertes, sin cejar en su empeño. La esencia de dicha actitud subyace únicamente en la conciencia del creyente, que sabe que todo lo ha creado Dios y, en consecuencia, está destinado a aportarle un beneficio. Los creyentes saben bien que Dios siempre les guía y que no hay duda de que no les impone ninguna carga que no puedan soportar. En el Corán, cientos de aleyas llaman a la confianza y la sumisión a Dios:
(51) Di: "¡Nada nos puede sobrevenir salvo lo que Dios ha decretado! Él es nuestro Señor Supremo; y ¡qué en Dios pongan los creyentes toda su confianza!" Sura 9: At-Tauba (El Arrepentimiento)
La palabra árabe para expresar la “confianza en Dios” es “tewekkul”, que significa “tomar como guardián y ayuda”. Sin embargo, a diferencia de su uso común, el término tiene unas connotaciones del todo distintas. De ordinario, su significado es el de “hacer cuanto se pueda en una situación y luego dejar el resto a Dios”. Pero el concepto de “tomar como guardián y ayuda” comprende algo más que esto: significa dejar todo el curso de los acontecimientos y sus consecuencias en manos de Dios.
Llegados a este punto, debemos evitar un error conceptual fundamental: dejar el curso de los acontecimientos en manos de Dios no significa en modo alguno que se evite implicarse en los asuntos de la vida cotidiana. Al contrario, un creyente se ocupa de cada uno de los estadios de un problema o suceso, cargando con todas las responsabilidades. De hecho, el verdadero significado de “confiar en Dios” reside en ser completamente consciente de que todo lo que experimentamos y hacemos está bajo el control de Dios; es por esto que los creyentes toman la iniciativa en cualquier situación “tomándole (a Dios) como guardián y ayuda”.
Las plegarias de los profetas que se relatan en el Corán nos instruyen sobre la importancia de este tema. En el Sura 27: An-Naml (Las Hormigas), el profeta Salomón (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dice: (19)… "¡Oh Sustentador mío! ¡Inspira en mí un agradecimiento continuo por esas bendiciones Tuyas con las que me has agraciado a mí y a mis padres, y para que obre rectamente [en una forma] que sea de Tu agrado; e inclúyeme, por Tu gracia, entre Tus siervos justos!". Esta plegaria revela explícitamente que Salomón es consciente de que puede desempeñar su cometido sólo si Dios así lo desea y también le pide que pueda obrar rectamente para que sea de Su agrado.
Éste es el fundamento que subyace bajo la frase “confianza en Dios”. Un creyente es muy consciente de que ambos, el mundo exterior y su alma son entidades que se encuentran bajo el control total de Dios. En consecuencia, se somete (su alma) a Su Creador Todopoderoso. Por tanto, un creyente se vuelve extremadamente valiente, tan valiente como para desafiar al mundo entero él solo y sin embargo permanecer calmado y seguro como si no estuviese rodeado de peligros. La actitud que un creyente adopta en tiempos de dificultades y problemas se expone en muchas de las historias del Corán. La del profeta Noé (la paz y las bendiciones sean con él) es una de ellas:
(71) Y RELÁTALES la historia de Noé --cuando dijo a su gente: "¡Pueblo mío! ¡Si mi presencia [entre vosotros] y mi anuncio de los mensajes de Dios os repugnan --pues, en Dios he puesto mi confianza. Así que decidid lo que vais a hacer [contra mí], e [invocad la ayuda de] esos seres a quienes hacéis partícipes en la divinidad de Dios; y cuando hayáis decidido qué medidas vais a tomar, no vaciléis; luego ejecutad contra mí [lo que hayáis decidido], y no me deis tregua! (72) Pero si os apartáis [del mensaje que os traigo, recordad que] no os he pedido pago alguno: mi recompensa incumbe sólo a Dios, pues se me ha ordenado ser de aquellos que se han sometido a Él." Sura 10: Iunus (Jonás)
También Shuaaib adoptó la misma actitud hacia su pueblo:
(88) Respondió: “¡Oh pueblo mío! ¿Qué os parece? ¿Si [es verdad que] me apoyo en una prueba clara venida de Sustentador, que me ha concedido de Sí una excelente provisión [como regalo] --[cómo podría hablaros de forma distinta a la que lo hago]? Y no me mueve, en lo que os pido, un deseo de contrariaros: sólo quiero sanear las cosas en la medida de mis posibilidades; pero el logro de mi propósito depende sólo de Dios. ¡En Él he puesto mi confianza, y a Él me vuelvo siempre! Sura 11: (Hud)
En otras muchas aleyas del Corán, se enfatiza la confianza en Dios y la perseverancia de la que los creyentes hacen ostentación:
(129) Pero si aquellos [que se obstinan en negar la verdad] se apartan, di: "¡Dios me basta! No hay deidad sino Él. En Él he puesto mi confianza, pues Él es el Sustentador, entronizado en augusta omnipotencia.” Sura 9: At-Tauba (El Arrepentimiento)
(2) Son creyentes sólo aquellos cuyos corazones tiemblan cuando se menciona a Dios y cuya fe se fortalece cuando se les transmiten Sus mensajes, y que confían en su Sustentador. Sura 8: Al-Anfal (El Botín)
(123) Y sólo Dios conoce la realidad oculta de los cielos y de la tierra: pues, todo cuanto existe retorna a Él [que es su origen].
Adoradle, pues, y poned vuestra confianza sólo en Él: porque tu Sustentador no está desatento a lo que hacéis. Sura 11: (Hud)
(30) Así te hemos suscitado [Oh Muhammad] como Enviado Nuestro en medio de una comunidad [de no-creyentes] antes de los cuales han surgido y desaparecido comunidades [similares], para que les transmitas lo que te hemos revelado: ¡pues [en su ignorancia] niegan al Más Compasivo!
Di: "¡Él es mi Sustentador. No hay más dios que Él. En Él he depositado mi confianza, y a Él es mi recurso!" Sura 13: Ar-Raad (El Trueno)
(11) Sus enviados les respondieron: "Cierto que somos hombres como vosotros: pero Dios otorga Su favor a quien quiere de Sus siervos. Además, no está en nuestro poder aportaros una prueba [de nuestra misión], si no es con la venia de Dios --y [por ello] en Dios deben todos los creyentes poner su confianza. (12) ¿Y cómo podríamos no poner nuestra confianza en Dios si es Él quien nos ha mostrado el camino que debemos seguir?
"¡Así pues, ciertamente, soportaremos con paciencia cualquier daño que nos hagáis: pues, todos los que confían [en Su existencia] deben poner su confianza [sólo] en Dios!" Sura 14: Ibrahim (Abraham)
(29) Di: "Él es el Más Misericordioso: en Él creemos y en Él hemos puesto nuestra confianza; y en su momento habréis de saber quién de nosotros estaba claramenteextraviado." Sura 67: Al-Mulk (La Soberanía)
La persona que confía en Dios y que le toma como guardián y protector debe ser consciente de que no existe nadie más en quien confiar y tomar como guardián. Nada preocupa a un creyente en tanto en cuanto rece a Dios y confíe en Él. Por voluntad de Dios, los acontecimientos se desarrollarán y acabarán del mejor modo posible para un creyente. Como dice el Corán:
(3) Y pon tu confianza [sólo] en Dios: pues nadie es tan digno de confianza como Dios. Sura 33: Al-Ahsab (La Coalición)
En otra aleya se relata lo siguiente:
(2)… Y a quien es consciente de Dios, Él le da [siempre] una salida [de la desdicha], (3) y le provee de una forma insospechada; y para aquel que pone su confianza en Dios, Él [solo] le basta.
Realmente, Dios consigue siempre Su propósito: [y,] en verdad, Dios ha asignado a cada cosa su [plazo y su] medida. Sura 65: At-Talaq (El Divorcio)
A menos que Dios lo permita, nadie puede dañar a los creyentes. Nada puede matar a un creyente a menos que Dios así lo desee. Es únicamente Dios quien puede quitar la vida. Así pues, no tiene sentido sentir temor de nadie excepto de Dios. El Corán lo recuerda reiteradamente a los creyentes:
(10) Los [demás] conciliábulos son sólo cosa de Satán, para causar aflicción a los que han llegado a creer; pero él no puede causarles el menor daño, si no es con la venia de Dios: ¡que los creyentes pongan su confianza en Dios! Sura 58: Al-Muyádala (La Que Argumenta)
(48) y no cedas a [los caprichos de] los que niegan la verdad y de los hipócritas, e ignora sus ofensas, y pon tu confianza en Dios: pues nadie es tan digno de confianza como Dios. Sura 33: Al-Ahsab (La Coalición)
(38) Y así ocurre [con la mayoría de la gente]: si les preguntas: "¿Quién ha creado los cielos y la tierra?" –seguro que responden: "Dios."
Di: "¿Habéis considerado, pues, alguna vez qué es eso a lo que invocáis en vez de Dios? Si Dios dispone para mí una desgracia, ¿podrían esos [poderes imaginarios] apartar la desgracia infligida por Él? O, si Él dispone para mí una gracia, ¿podrían ellos apartar [de mí] Su gracia?"
Di: "¡Dios me basta! En Él [solo] ponen su confianza los que confían [en Su existencia]." Sura 39: As-Sumar (Las Multitudes)
Alguien que confía en Dios y se somete a Él, y que lo toma como el verdadero guardián y ayuda, está a salvo de las tentaciones de Satanás. En el Corán esto se relata en la siguiente aleya: (99) Ciertamente, él no tiene poder sobre los que han llegado a creer y ponen su confianza en su Sustentador. Sura 16: An-Nahl (La Abeja). Los que logran la benevolencia de Dios en el Más Allá serán quienes confíen en Él y se le sometan.
(36) Y [RECORDAD que] lo que [ahora] se os da es sólo para el disfrute [pasajero] de esta vida –mientras que lo que hay junto a Dios es mucho mejor y más duradero.
[Eso será] para los que llegan a creer y ponen su confianza en su Sustentador; Sura 42: Ash-Shura (La Consulta)
No hay nadie excepto Dios a quien uno pueda pedir siempre ayuda, guía y misericordia. Jacob dice: (67)… la decisión [de lo que haya de ocurrir] está sólo en manos de Dios. En Él he puesto mi confianza: pues, todos los que confían [en Su existencia] deben poner su confianza sólo en Él."Sura 12: Iusuf (José). No hay otro dios sino Dios, por tanto Él es el único protector y guardián.
(13) ¡Dios –no hay más deidad que Él!
Así pues, que los creyentes pongan su confianza en Dios. Sura 64: At-Tagabun (Pérdida Y Ganancia)
(58) Así pues, pon tu confianza en el Viviente, que no muere, y proclama Su gloria y alabanza infinitas: pues nadie está mejor informado de los pecados de Sus criaturas que Él. Sura 25: Al-Furqán (El Criterio de la Verdad)