Acciones Piadosas

Las “acciones piadosas” (amelunsalihan) suponen uno de los conceptos básicos del Corán. En árabe, la palabra “rectitud” abarca los significados de: bueno, beneficioso y correcto. El verbo “enmendar” (islah) también tiene su origen en la misma raíz. Por consiguiente, con los términos “acciones piadosas” nos referimos a toda clase de obras o acciones beneficiosas y buenas hechas por el bien de la religión. Por otro lado, en el Corán, cada acto y todo comportamiento designado para buscar el favor de Dios es una “acción piadosa”.

La salvación del individuo se logra no sólo a través de la fe; las acciones piadosas, signos de la fe sincera, también salvan el alma. Decir “creo” pero no obedecer los mandatos de la religión no conducen al hombre a la salvación. En el Corán, Dios dice lo siguiente sobre este tema:

(2) ¿PIENSAN LOS HOMBRES que [sólo] con decir: "Hemos llegado a creer", se les va a dejar en paz, y que no serán puestos a prueba?

(3) Y en verdad pusimos a prueba a los que vivieron antes que ellos; y así, [también, serán probados los que ahora viven: y] Dios ciertamente tendrá constancia de quienes son los veraces, y ciertamente tendrá constancia de quienes están mintiendo. Sura 29: Al-Aankabut (La Araña)

El modo en que un creyente realiza acciones piadosas prueba su temple. Sus actos indican su perseverancia, estabilidad, determinación y lealtad; en otras palabras, la profundidad de su fe.

Dios nos informa en el Corán sobre varias clases de acciones piadosas. Comunicar el mensaje del Islam a los demás, afanarse por la prosperidad y el beneficio de los musulmanes, intentar conseguir una mayor comprensión del Corán, resolver los problemas personales y sociales de los musulmanes, todas ellas son acciones piadosas importantes. Las formas de adoración fundamentales en el Islam, como por ejemplo rezar cinco veces al día, vestirse según dice el Corán, ayunar, gastar por causa de Dios, y la peregrinación a la Meca, también se encuentran entre las acciones piadosas importantes. Una persona que tiene fe realiza sus actos de adoración durante toda su vida con gran entusiasmo. Como narra Ibn-i Omar Radiyallahu, nuestro Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) dijo:

“El Islam se basa en cinco pilares: atestiguar que no hay otro dios sino Dios y que Muhammad es Su Mensajero, rezar, hacer caridad, peregrinar a la Meca y ayunar durante el mes de Ramadán”. (Sahih al-Bukhari, Sahih Muslim, al-Tirmidhi, al- Nasa’i)

Dice una aleya:

(177) La piedad verdadera no consiste en volver el rostro hacia el este o hacia el oeste --piadoso, en verdad, es quien cree en Dios, en el Último Día, en los ángeles, en la revelación y en los profetas; y gasta de lo que tiene --a pesar de su apego a ello- - en sus parientes, en los huérfanos, los necesitados, los viajeros, los mendigos y en rescatar a otros del sometimiento; es constante en la oración y paga el impuesto de purificación; y [piadosos en verdad son] los que, cuando prometen, cumplen sus promesas, y son pacientes en la desgracia, en la adversidad y en los momentos de peligro: esos son los que han sido fieles a su palabra, y esos son los que han sido conscientes de Dios.(Sura 2: Al-Baqara (La Vaca)

Aún así, existe otro punto que merece nuestra atención: lo que hace que una acción sea piadosa no es su resultado final sino la “intención” con que se realiza. Por tanto, para que un acto sea piadoso debe realizarse con el único fin de buscar la aprobación de Dios. Esto es lo que en realidad distingue una “acción piadosa” de una “limosna o caridad”, un concepto que prevalece en la sociedad ignorante. Una acción piadosa se hace para buscar la aprobación de Dios; por otro lado, el concepto de caridad en una sociedad ignorante se basa en un espíritu de solidaridad social y en un deseo personal de labrarse una reputación como “altruista”.

Las aleyas siguientes explican por qué las acciones de los creyentes no se pueden equiparar en absoluto a dar limosna:

(7) [Los realmente virtuosos son los que] cumplen sus compromisos, y temen un Día cuyo mal se extenderá por todas partes, (8) y proveen de comida –sin importar cuan necesitados estén de ella -- al necesitado, al huérfano y al cautivo, (9) [diciendo, en sus corazones:] "¡Os damos de comer sólo por amor a Dios: no queremos de vosotros recompensa ni gratitud: (10) ciertamente, tememos el juicio de nuestro Sustentador en un Día angustioso, fatídico!" Sura 76: Al-Insán (El Hombre)

Si cualquier acto que aparentemente se ajuste a la definición de “acción piadosa” no se realiza para buscar el agrado de Dios, ya no es tal. Es así simplemente porque se hace para agradar a los demás. En palabras del Corán, se trata de “asociar a otros con Dios”, lo cual es un gran pecado. En la sura “La asistencia” (Al-Mauun), Dios explica cómo un acto de adoración que se realiza no para buscar Su aprobación sino la de los demás pierde su valor y se convierte en una acción normal y corriente.

(4) ¡Ay, pues, de aquellos que rezan (5) [pero] cuyos corazones están distantes de su oración

(6) --esos que sólo quieren ser vistos y elogiados, Sura 107: Al-Mauun (La Asistencia)

Al-Tabari interpreta esta aleya como sigue:

“Ay de los que rezan pero cuyos corazones están distantes de su oración. Al estar distraídos con otras cosas, a menudo dejan su oración y a veces no rezan a su debido tiempo”.

En esta interpretación de la aleya, al-Tabari dice que la misma también incluye dos puntos de vista: “los que dejan la oración y los que no rezan a su debido tiempo”. Al-Tabari también narra dos hadices sobre la explicación de esta aleya:

Narrado por Sa'd b. Ebi Vakkas. Sa'd relata: “Le pregunté al Mensajero de Dios por los que descuidaban sus oraciones”. Él respondió: “Son los que no rezan a su debido tiempo”.

Abu Berze relata: El Mensajero de Dios dijo lo siguiente cuando se le reveló la aleya “que no rezan a su debido tiempo”: “Gloria a Dios, la oración es mejor que las bendiciones tanto como este mundo. Una persona que descuida sus oraciones es aquel que no espera ningún bien de las mismas y que no teme a su Señor si no reza.” (Tafsir al-Tabari, 9/238239)

De modo similar, la limosna (que es una acción piadosa para Dios al igual que rezar cinco veces al día) se convierte en un acto normal y corriente si se hace para demostrar nuestra generosidad e impresionar a los demás. Dios describe la diferencia entre gastar para conseguir Su aprobación y para satisfacer los propios deseos:

(264) ¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! No malogréis vuestras limosnas echándolas en cara o hiriendo [los sentimientos de los necesitados], como aquel que gasta su riqueza sólo para ser visto y elogiado por la gente, pero que no cree en Dios ni en el Último Día: su parábola es la de una roca lisa, con [un poco de] tierra encima, sobre la que cae un aguacero dejándola limpia. Esos no obtendrán ganancia alguna por todas sus [buenas] obras: pues Dios no guía a gentes que seniegan a reconocer la verdad.

(265) Y la parábola de aquellos que gastan sus bienes buscando la complacencia de Dios y por su propia certeza interior, es la de un huerto situado en un terreno alto y fértil: si cae sobre él un aguacero da cosecha doble; y si no cae un aguacero, una lluvia fina [cae sobre él]. Y Dios ve todo lo que hacéis. Sura 2: Al-Baqara (La Vaca)

(38) Y [Dios no ama] a quienes gastan de sus bienes en los demás [sólo] para ser vistos y elogiados por la gente, pero no creen en Dios ni en el Último Día; y quien tenga a Satán por amigo íntimo, ¡que mal amigo íntimo tiene!

(39)¿Y qué habrían de temer si tan sólo creyeran en Dios y en el Último Día, y gastaran [en Su causa] de lo que Dios les ha proveído como sustento --cuando en verdad Dios sabe todo acerca de ellos? Sura 4: An-Nisa’ (Las Mujeres)

En resumen, lo que hace que una acción sea piadosa es la intención que hay detrás. Si la intención es piadosa, entonces la acción también lo es, incluso aunque no se logre el resultado deseado. Por ejemplo, con la intención de buscar la aprobación de Dios, un creyente puede que se esfuerce mucho por conseguir algo y puede que sus esfuerzos no fructifiquen. Sin embargo, esto no es importante, ya que todavía puede conseguir su recompensa de Dios. Todos los creyentes deberían saber que hay una razón por la cual Dios no permite que el individuo logre siempre su propósito:

(216) puede ser que os desagrade algo y sea bueno para vosotros, y puede ser que améis algo y sea malo para vosotros: Dios sabe y vosotros no. Sura 2: Al-Baqara (La Vaca)

Sólo Dios sabe si el fin deseado tendrá consecuencias beneficiosas para nosotros.

Así pues, el resultado de cada acto depende de Dios. Todo lo que se hace debe ser únicamente para agradarle.

Como se indica arriba, la intención es la esencia de una acción piadosa. Esto se debe al hecho de que Dios está libre de cualquier necesidad. En consecuencia, no le hace falta ninguna de las acciones que realizan Sus siervos. Dice lo siguiente en una de Sus aleyas:

(15) ¡Oh gentes! Vosotros sois los que necesitáis a Dios, mientras que sólo Dios es autosuficiente, Aquel que es digno de toda alabanza.

(16) Si quiere, puede eliminaros y poner [en vuestro lugar] a una nueva humanidad:

(17) y eso no sería difícil para Dios. Sura 35: Al-Fatir (El Originador)

Nuestro Señor puede hacer lo que quiera cuando quiera. No necesita los actos y esfuerzos de los creyentes para hacer que Su religión prevalezca. Reza una aleya:

(31)... ¿No saben aún aquellos que han llegado a creer que, si Dios hubiera querido, ciertamente habría guiado rectamente a toda la humanidad? Sura 13: Ar-Raad (El Trueno)

En resumen, si una persona realiza acciones piadosas, revierte en su beneficio personal. Estas acciones son sin duda el camino para lograr la salvación eterna. Como dice el Corán:

(6) Así pues, quien lucha esforzadamente [por la causa de Dios] lo hace sólo por su propio bien: pues, en verdad, Dios puede prescindir de todos los mundos. Sura 29: Al-Aankabut (La Araña)

Alguien que reza, ayuna, gasta por causa de Dios o respalda el Islam, es su propio beneficiario. Es él mismo el que necesita hacer buenas obras; ciertamente obtendrá el perdón y una gran recompensa a cambio.

Por la misma razón, como establece el Corán, en la presencia de Dios lo importante no son los actos o sus consecuencias sino la buena intención con la que se realiza una acción piadosa:

(37) [Pero tened esto presente:] ni su carne ni su sangre llegan a Dios: Le llega tan sólo vuestra conciencia de Dios. Para este fin los hemos sometido a vuestras necesidades; para que glorifiquéis a Dios por la guía con la que os ha agraciado.

Y da esta buena nueva a los que hacen el bien Sura 22: Al-Hach (La Peregrinación)

Por tanto, mientras se hace una acción piadosa, resulta de vital importancia recordar a Dios. Con este fin, un creyente debe pedir a Dios que acepte sus servicios. La súplica del profeta Abraham y de Ismael es un buen ejemplo para todos los creyentes.

(127) Y cuando Abraham e Ismail levantaban los cimientos del Templo, [imploraron]: "¡Oh Sustentador nuestro! ¡Acéptanos esto: pues, ciertamente, sólo Tú eres quien todo lo oye, quien todo lo sabe!

(128) "¡Oh Sustentador nuestro! ¡Haz que estemos sometidos a Ti, haz de nuestra descendencia una comunidad sometida a Ti, muéstranos nuestros ritos de adoración y acepta nuestro arrepentimiento: pues, ciertamente, sólo Tú eres el Aceptador de Arrepentimiento, el Dispensador de Gracia! Sura 2: Al-Baqara (La Vaca)

El discurso de Dios a David y a su pueblo también enfatiza la significancia de la oración y de dar gracias a Dios mientras se realiza una acción piadosa:

--: (13) hacían para él cuanto quería: santuarios, estatuas, pilas [grandes] como estanques y calderas fijadas al suelo.

[Y dijimos:] "¡Trabajad, Oh pueblo de David, en agradecimiento [a Mí] --y [recordad que] pocos son los realmente agradecidos [aun] entre Mis siervos!" Sura 34: Saba'

Éste es sin duda el tipo de servicio que refuerza la fe en Dios. Cuando se dice “Creo” se fortalece este servicio y llega a Dios. En el sura “El originador” (al-Fatir), Dios ordena:

(10)… A Él ascienden todas las buenas palabras, y Él enaltece toda buena acción. Sura 35: Al-Fatir (El Originador)

Un creyente devoto que realiza acciones piadosas a lo largo de su vida es seguro que alcanza el paraíso y será generosamente recompensado por Dios en el Más Allá. Como dice una aleya:

(42) Pero aquellos que alcanzan la fe y hacen el bien --[y] no imponemos a nadie una carga superior a sus fuerzas-- están destinados al paraíso y en él permanecerán, (43) una vez que hayamos extirpado los pensamientos y sentimientos indignos [que queden] en sus pechos. Correrán arroyos a sus pies; y dirán: "¡Alabado sea Dios, que nos ha guiado a esto; pues no habríamos hallado el camino recto si Dios no nos hubiera guiado! ¡Los enviados de nuestro Sustentador realmente vinieron con la verdad!"

Y [una voz] proclamará: "¡Este es el paraíso que habéis heredado en virtud de vuestras acciones pasadas!" Sura 7: Al-Aaraf (La Facultad del Discernimiento)