Todos los que viven en la tierra buscan la manera de obtener una verdadera felicidad. Las esperanzas se centran en ese objetivo. Algunos la buscan mediante un estilo de vida opulento, otros como profesionales prestigiosos y otros más por medio del matrimonio, la cirugía estética o la admisión en un colegio de renombre. Sin embargo, luego que se alcanza eso que se persigue, generalmente se convierte en algo transitorio. O simplemente no se logra la satisfacción que se esperaba. Además, nadie ha obtenido en este mundo la felicidad que pretendía apuntando a esos logros. Muchas cuestiones siguen incomodando o inquietando incluso a aquellos que creen que han logrado lo que hace a su felicidad.
La verdadera felicidad, paz, agrado y comodidad sólo se pueden encontrar en el recuerdo de Dios:
Quienes crean, aquéllos cuyos corazones se tranquilicen con el recuerdo de Dios ―¿cómo no van a tranquilizarse los corazones con el recuerdo de Dios? ―, (Corán, 13:28) | ||
Este es un secreto muy importante que Dios revela a la humanidad en el Corán. Mucha gente que no sabe esto, transcurre su vida creyendo, engañada, que los obsequios de este mundo producen satisfacción. Sin tener en cuenta que un día morirán y se enfrentarán al ajuste de cuentas, se esfuerzan con codicia por obtener los bienes mundanales.
Pero eso, como dijimos, se trata de un gran engaño. Nada de lo de este mundo puede producir la verdadera paz y felicidad. Sólo los creyentes devotos de Dios, conscientes de Su misericordia, compasión y protección sobre toda la humanidad, pueden alcanzar la paz espiritual. Dios socorre los corazones de quienes buscan las evidencias de la creación de Dios y Le recuerdan permanentemente. En consecuencia, es algo fútil buscar tranquilidad, paz o felicidad por cualquier otro medio.