Los Benevolentes Encuentran Benevolencia

Otro secreto revelado por Dios en el Corán es que quienes hacen el bien serán recompensados con el bien en este mundo y en el otro. Dice Dios:

Di: “¡Servidores Míos que creéis! ¡Temed a vuestro Señor¡ Quienes obren bien tendrán en la vida de acá una bella recompensa. La tierra de Dios es vasta. Los pacientes recibirán una recompensa ilimitada”. (Corán, 39:10)

Sin embargo, es necesario saber cuál es el real “bien obrar”. Cada sociedad ha desarrollado su propia comprensión al respecto. A menudo se entiende como signos del “bien obrar”, ser afable, dar dinero a los pobres, ser tolerante ante todo tipo de conducta. Pero Dios nos informa cuál es el real "bien obrar":

La piedad no estriba en que volváis vuestro rostro hacia el Oriente o hacia el Occidente, sino en creer en Dios y en el Ultimo Día, en los ángeles, en la Escritura y en los profetas, en dar de la hacienda, por mucho amor que se le tenga, a los parientes, huérfanos, necesitados, viajero (seguidor de la causa de Dios), mendigos y esclavos, en hacer la oración y dar la limosna, en cumplir con los compromisos contraídos, en ser pacientes en el infortunio, en la aflicción y en tiempo de peligro. ¡Esos son los hombres sinceros, ésos los temerosos de Dios! (Corán, 2:177)

Como nos señala el versículo, el correcto bien obrar o piedad es el respeto reverencial a Dios, no dejar de tener en cuenta en ningún momento el día de la rendición de cuentas, cumplir con lo que la conciencia nos dicta y realizar siempre acciones que sean del agrado de Dios. Muhammad (la paz sea con él), el Mensajero y Profeta de Dios, también invitaba a los creyentes a hacer eso:

Teme a Dios (respétalo como corresponde) en cualquier lugar que te encuentres. Para borrar un pecado, luego de cometerlo haz de inmediato una buena acción y siempre sé cortés en tu relación con la gente5.

Dios revela en el Corán que ama a esos que siempre hacen el bien debido a su fe, respeto y amor a Dios. También dice que les premiará con el bien:

Dios les dio la recompensa de la vida de acá y la buena recompensa de la otra. Dios ama a quienes hacen el bien. (Corán, 3:148)

…Quienes obren bien tendrán en la vida de acá una bella recompensa, pero la Morada de la otra vida será mejor aún. ¡Qué agradable será la Morada de los que hayan temido a Dios! (Corán, 16:30)

Se trata de una buena nueva dada por el Corán a quienes hacen el bien, se sacrifican y se esfuerzan por ganar el contento de Dios.

A esa gente le dio la buena nueva de una vida favorable en este mundo y en el otro con mayores bendiciones tanto en lo material como en lo espiritual. En el Corán se mencionan, entre otros, el ejemplo del profeta Salomón, a quien se le dio un reino igual al cual a nadie le fue concedido, y el del profeta José (Yusuf), a quien se lo colocó como autoridad de los tesoros de Egipto. Dios nos informa sobre las bendiciones que concedió al Profeta Muhammad (la paz sea con él): ¿No te encontró pobre y te enriqueció? (Corán, 93:8)

Hay que recordar que una vida de gloria y esplendor no se concedió solamente a las primeras generaciones de creyentes. Dios la promete para cada período histórico:

Al creyente, varón o hembra, que obre bien, le haremos, ciertamente, que viva una vida buena y le retribuiremos, sí, con arreglo a sus mejores obras. (Corán, 16:97)

Los creyentes nunca corren tras las cosas mundanales. Es decir, no codician los bienes materiales, una buena posición social o el poder. Como dice Dios en un versículo, entregan sus vidas y riquezas a cambio del Paraíso. El comercio o los negocios no les distraen del recuerdo de Dios, el cumplimiento de las oraciones y el servicio a la religión. Además, exhiben firmeza y sumisión incluso cuando son probados por medio del hambre o la pérdida de riqueza y nunca se quejan. Los creyentes que emigraron en la época del Profeta fueron un ejemplo. Emigraron a otra ciudad y dejaron sus casas, ocupaciones, negocios, propiedades y huertas y se contentaron con poco. Sólo querían ganarse el contento de Dios. Su satisfacción y sincero pensamiento en el Más Allá les hizo ganar las bendiciones de Dios, una buena vida, una moral elevada y otros beneficios. Estas cosas no les ligaron más al mundo sino que les condujeron a aumentar el agradecimiento a Dios y Su remembranza.

Dios Ha Prometido Multiplicar Las Obras De Sus Siervos Que ctúen Con Rectitud

Dios ha prometido multiplicar los frutos de Sus siervos que hagan el bien. Algunos versículos coránicos al respecto dicen:

Quien presente una buena obra, recibirá diez veces más. Y quien presente una mala obra, será retribuido con sólo una pena semejante. No serán tratados injustamente. (Corán, 6:160)

Dios no hará ni el peso de un átomo de injusticia a nadie. Y si se trata de una obra buena, la doblará y dará, por Su parte, una magnífica recompensa. (Corán, 4:40)

El signo más obvio de que Dios multiplica toda buena acción es la diferencia que hay entre la vida en este mundo y en el otro. La vida aquí es por un período corto, que dura 60 años término medio. Sin embargo, quienes se purifican y realizan buenas acciones en este mundo serán premiados con un favor infinito en el Más Allá. Dios lo promete:

Para quienes obren bien, lo mejor (el Paraíso) y más (la visión beatífica)… (Corán, 10:26)

Es necesario meditar sobre el concepto de “infinito” con el objeto de comprender la importancia de este premio. Supongamos que todas las personas que han vivido, viven y vivirán en nuestro planeta se pasan numerando cada segundo de su vida. Seguramente que la cifra que se obtenga será demasiado grande para enunciarla. Así y todo, comparada con “el infinito”, esa cifra sería muy pequeña porque “infinito” significa “sin límite” temporal. Es decir, quienes vivan bien eternamente lograrán todo lo que sus almas deseen, sin ningún tipo de límite. Seguramente que este es un ejemplo sobre el que vale la pena reflexionar con el objeto de comprender lo enormes que son la misericordia y gracia de Dios.

5. Al-Tirmidhi, Birr 55, 1988

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