Uno de los secretos importantes que Dios revela a los creyentes es el de evitar las disputas, pues si incurren en ello perderán fuerza y se les debilitará el corazón:
¡Y obedeced a Dios y a Su Enviado! ¡No discutáis! Si no, os desanimaréis y se enfriará vuestro ardor. ¡Tened paciencia, que Dios está con los pacientes! (Corán, 8:46) | ||
La moral coránica está marcada por la modestia. Quienes adhieren a esos valores morales aclaran las disputas, encuentran soluciones a los problemas, hacen las cosas fáciles para los demás y no exhiben codicia. Las peleas serían inevitables si dicha moral no existiese. Es totalmente normal que cada uno tenga su propia opinión sobre algo. Por ejemplo, veinte personas pueden proponer veinte soluciones distintas a un problema y cada solución puede tener una coherencia determinada. Si cada uno insiste en que lo suyo es lo correcto, es obvio que habrá conflicto. En ese caso, más que llegar a un consenso, se impondrán la disputa y las ambiciones personales, lo cual impedirá acciones correctas por la causa de Dios. En consecuencia, se disipará la fuerza que representan esas veinte personas y desaparecerá la unión y hermandad entre ellos.
Los creyentes deberían amarse, sacrificarse el uno por el otro y establecer la solidaridad y la cooperación entre ellos. En los momentos de dificultades deberían ocuparse especialmente del recuerdo de Dios, ser más pacientes y defenderse más solidariamente. La disputa les reduce la fortaleza en tanto que la cooperación la aumenta. Dios reveló que si los creyentes no son amigos y se protegen entre ellos, la tierra será inundada por la confusión y una inmensa corrupción:
Los infieles son amigos unos de otros. Si no obráis así (como ordena a los creyentes en el versículo anterior), habrá en la tierra desorden y gran corrupción. (Corán, 8:73) | ||
Cada cosa de las mencionadas es algo clave revelado por Dios y de cuyo cumplimiento y responsabilidad hizo cargo a los musulmanes. Ningún musulmán debería considerar algo trivial decir a otro musulmán, por ejemplo, “¿Y qué pasa si discutimos?”. Eso es así porque Dios nos informa que toda disputa entre musulmanes significa la disminución de la fortaleza de los creyentes, de lo que deberán rendir cuentas a Dios. A eso se debe que nuestro amado Profeta dijo:
“Teman a Dios. Hagan las paces entre ustedes. Por cierto, Dios hace las paces entre los musulmanes7”.
Los musulmanes no deberían tratar de descubrir los errores de otros o hacerlos conocer, y sí, en cambio, disimularlos con compasión. La fortaleza de los creyentes proviene de su unidad, lo cual significa que hay que invertir todas las energías en la difusión de la religión de Dios y la moral coránica. De manera unida pueden concentrarse en comunicar los signos de Dios a través de trabajos científicos y prestar un valioso servicio a la humanidad. De todos modos hay que recordar que todos debemos esforzarnos esencialmente por ganarnos la vida eterna en el otro mundo y quedar a salvo del castigo de Dios.