¿Nunca ha pensado cómo sería vivir en un mundo sin colores, absolutamente grisáceo? Despréndase por un momento de todos sus prejuicios, deje de lado todo lo que ha aprendido hasta ahora e intente imaginar su cuerpo, la gente a su alrededor, los mares, el cielo, los árboles, las flores, en resumen, todo en plomizo. Intente pensar en cómo se sentiría si las personas, los gatos, los perros, los pájaros, las mariposas y las frutas fuesen todos del mismo tono. Seguramente, nunca desearía vivir en un mundo así.
Puede ser que la mayoría de la gente nunca se ha parado a pensar que está viviendo en un mundo con tantos colores ni se ha preguntado cómo ha pasado a existir tal diversidad de colores sobre la tierra. Es posible que nunca se les haya ocurrido considerar cómo sería un mundo sin colores. Esto es porque las personas que pueden ver, desde el mismo momento en que abren los ojos, se encuentran con un mundo colorido. Sin embargo, un arquetipo de mundo sólo grisáceo no es imposible. Lo realmente asombroso es que nuestra vida transcurra en un mundo con las tonalidades que observamos. (En los capítulos siguientes, expondremos detalladamente a qué se debe eso).
Cuando hablamos de un mundo sin colores nos imaginamos un lugar en el que solamente existen el negro, el blanco y diferentes grados de gris. Sin embargo, el negro, el blanco y el gris también son tonalidades.. Es difícil no considerar algún tipo de color al hablar de un planeta descolorido. Con aseveraciones tales como ”todo estaba descolorido, totalmente oscuro” o ”se le había ido el color de la cara, se había quedado totalmente pálido”, se intenta expresar la ausencia de color. Pero, de hecho, éstas no son descripciones de dicha ausencia, sino de un mundo en blanco y negro.
Intente imaginarse, siquiera por un segundo, que todo lo que le rodea pierde repentinamente su color. En tal situación, muchas cosas se confundirían por la semejanza de sus matices. No se vería la naranja anaranjada, las fresas rojas o las flores con sus distintos pigmentos sobre la tabla marrón de una mesa Sería absolutamente aburrido vivir en un mundo tan descolorido, aunque sólo fuera por una corta temporada.
El color cumple un papel crucial en la conexión humana con el mundo exterior, en el funcionamiento de su memoria y en las funciones cognitivas. Esto es así porque los seres humanos pueden desarrollar conexiones apropiadas entre los acontecimientos y los lugares, las personas y los objetos solamente a través de sus aspectos externos y de los colores, pues es a través de ellos que los aquilata. El oído y el tacto por sí solos no son suficientes para describirlos.
Al comparar los dibujos que hay arriba podemos comprender mejor cuán relajante es para nosotros ver a nuestro alrededor continuamente un mundo de colores. Y esta posibilidad es uno de los mayores regalos que Allah (Dios) ha concedido a las personas.
Pero la diversidad de colores no se reduce a eso. Su armonía es un verdadero goce para el alma humana. Y aquí nos encontramos con un aspecto que llama nuestra atención. Para poder contemplar esa armonía y obtener placer de cada detalle de ella, estamos equipados con un par de ojos que tienen un diseño muy especial. Dentro del mundo de los seres animados, los ojos humanos son los más funcionales y sensibles, pudiendo percibir millones de tonalidades de todo tipo. Evidentemente, este aparato visual de los seres humanos, que funciona con tanta perfección, ha sido diseñado especialmente para ver un mundo colorido.
Por consiguiente, teniendo en cuenta lo antes dicho y que el ser humano es la única creación con conciencia, podemos concluir lo siguiente:
Cada detalle, cada modelo y cada color existentes en los cielos y en la tierra existen para que los seres humanos comprendan y aprecien la creación y reflexionen sobre ella. Los colores de la naturaleza han sido compuestos de tal manera para que atraigan al alma humana. La simetría y la armonía perfectas de los colores dominan tanto el mundo de los seres animados como el de los inanimados. Esta situación especial planteará ciertamente algunas preguntas extremadamente importantes a cualquiera que reflexione.
¿Qué es lo que hace colorida a la Tierra? ¿Cómo se han formado los colores que hacen que nuestro mundo sea algo tan extraordinariamente hermoso?
¿A quién se debe su creación y la armonía entre ellos?
¿Es posible decir que todo esto habría aparecido a través de cambios sin una finalidad, causados por una cadena de coincidencias? Ciertamente, nadie diría algo semejante. Las casualidades incontroladas no pueden crear nada, mucho menos millones de tonalidades. Piense en las alas de una mariposa o en las flores multicolores, cada una de las cuales parece una maravilla artísitica. Esa imposible que una mente sensata afirme que todo esto es el resultado de una cadena de coincidencias.
Con un ejemplo podremos comprender mejor esta realidad. Cuando alguien ve una pintura que representa árboles y flores no sostendría, ni pensaría, que la armonía de colores, los modelos y el diseño consciente de esa pintura existirían por casualidad. Si alguien dijera que "el viento volcó los botes de pintura, las mismas se mezclaron y pasado cierto tiempo apareció esa pintura”, nadie lo creería.
Aquí llegamos a un punto verdaderamente interesante. Si bien nadie en sus cabales diría una cosa absurda como la supuesta, hay gente que pretende que los colores y la simetría perfectos de la naturaleza han aparecido mediante un proceso semejante. Los evolucionistas han elaborado incluso la "teoría de la casualidad" y han desarrollado diferentes investigaciones sobre este tema, no vacilando en exponer aseveraciones sin fundamento. Se trata de algo increíble, incomprensible. Cualquiera que piense lógicamente, comprenderá que vive en un mundo prodigioso. Y se convencerá también de que, equipado con las condiciones más apropiadas para la supervivencia de la humanidad, no puede ser un producto de la casualidad.
Así como cualquier ser humano que ve un cuadro sabe que alguien lo ha hecho, así también puede comprender que un medio multicolor, brillante, simétrico y extremadamente estético también tiene un Creador.
Ese creador es Allah (Dios), que no ha compartido con nadie su creación, que ha creado todo en armonía perfecta y que nos ha puesto en este mundo en el que nos encontramos, lleno de innumerables cosas hermosas con millones de tonalidades. Allah (Dios) describe así la perfección de su arte creativo:
Es Quien ha creado siete cielos superpuestos. No ves ninguna contradicción en la creación del Compasivo. ¡Mira otra vez! ¿Adviertes alguna falla? Luego, mira otras dos veces: tu mirada volverá a ti cansada, agotada. (El Corán, 67:3-4)