Una de las cosas que los evolucionistas no pueden explicar es el origen de los reptiles. Entre las varias clases de reptiles, como las serpientes, caimanes, tortugas y lagartos, hay límites estrictos. Los registros fósiles muestran que cada una de estas categorías han nacido súbitamente, con características físicas muy diferentes. Una de las pruebas que niegan que los reptiles sufrieran una evolución es el fósil de serpiente de 50 millones de años mostrado en la foto.